¡AYUDANTE DE CAMARERO/A, LA CUENTA POR FAVOR!
Hoy día y cada vez más a menudo, vemos como el puesto de Camarero/a, se ha ido derivando mayoritariamente a Ayudante de Camarero/a, o Cocinero/a a Ayudante de Cocina, Recepcionista a Ayudante de Recepción, Dependiente/a a Ayudante de Dependiente/a, Administrativo/a a Auxiliar Administrativo/a y así, con la mayoría de puestos, sobre todo en F.P. y hostelería.
A nadie que se encuentre en un restaurante o tomando un refresco en el bar, se le ocurriría llamar al camarero/a de esta forma. Nadie se ha puesto a pensar que esa persona que te sirve la bebida, la comida que te retira el plato de la mesa y que te pasa la cuenta, no es un camarero/a. Es muy probable, que lo hayan contratado con una categoría inferior y que significa una importante diferencia salarial respecto a los camareros/as, lo que supone inclusive, una diferencia salarial inferior a la que perciben las/los Camareras/os de Pisos.
El ‘Ayudante de Camarero/a o Commis’, se encarga de auxiliar al camarero en la preparación y servicio de comidas y bebidas en los diferentes establecimientos de hostelería. El ayudante de camarero tiene funciones específicas dependiendo del tipo de establecimiento donde trabaja (restaurante, bar, cafetería…) y de su vinculación al servicio de barra o de comedor.
Tareas tales como:
- Transporta y almacena las materias primas en el almacén y la bodega del establecimiento.
- Se ocupa de proporcionar alimentos y bebidas a medida que son requeridas en el servicio de barra o de comedor.
- Se ocupa de reponer las piezas necesarias de cristalería, vajilla, cubertería, y lencería para que los aparadores siempre estén dispuestos con el menaje preciso.
- Se encarga de la preparación de las mesas, de su organización, de la correcta disposición de las sillas y la preparación de todo el servicio de mesa.
- Los ayudantes que trabajan en restaurantes colaboran con el camarero en todo el proceso de atención y servicio al cliente; desde su recepción en el comedor, entrega y recogida de la carta, selección de menú y comunicación del pedido a la cocina, hasta la realización de algunos trabajos de trinchado, flameado, servicio de guarnición, etc.
- Quita las mesas y se encarga de recoger el comedor y transportar el material al office.
- Se ocupa de la limpieza de la zona de trabajo.
Esta es una realidad que se da ‘sobretodo’ en la mayoría de los establecimientos hoteleros, donde la plantilla que componen los departamentos de restaurantes y bares, los ‘ayudantes’ superan con creces a los ‘camareros’, pudiéndose afirmar que en algunos establecimientos no existen propiamente los camareros.
La reforma laboral que recoge una de las viejas aspiraciones de la patronal: “Flexibilizar el mercado laboral contra la supuesta rigidez, que impedía el desarrollo económico y el mantenimiento de los puestos de trabajo” (en ningún momento se comentaba que estas medidas favorecían la creación de puestos de trabajo), una clara amenaza que dio pie a desarrollarse los conceptos de “polivalencia laboral, multifuncionalidad, etc.” desregularizándose aún más la movilidad funcional que luego se vería reflejado en los sucesivos convenios. De esta manera, se empezó a acuñar el concepto de “calificaciones profesionales” contra la “rigidez” de las categorías y donde se imponían que un trabajador o trabajadora pudiera ampliar el abanico de funciones sin apenas trabas legales.
Diferentes informes técnicos relacionados con la seguridad y salud, contienen estudios donde señalan que no había diferencia entre las funciones de los ayudantes de camareros y de los camareros, y donde estas diferencias son inapreciables sobre todo en los establecimientos de los “todo incluido”.
Si la evolución del sector y las diferentes reformas que amplían la posibilidad de que un trabajador realice funciones indistintas ¿Qué sentido tiene mantener todavía determinadas categorías como la de ayudante de camarero y no se aplique la homologación?, el único sentido que tiene es la reducción de costes salariales aplicando categorías “fantasmas” en plena contradicción con la tendencia a diluir las categorías en calificaciones profesionales, contradicción que beneficia a la patronal y en este caso y como dice el refranero “a río revuelto ganancia de pescadores”.
Este argumento se sostiene en primer lugar, por la situación de precariedad laboral en el sector, donde en las nuevas contrataciones se les aplica la categoría de ‘ayudante de camareros’, a ‘camareros y camareras’ experimentadas en años, que se defienden en varios idiomas y que han rotado por el mismo puesto de trabajo multitud de veces. Es del todo inimaginable que este personal con una experiencia de años en el sector se les ponga solo a recoger platos.
“Llevo trabajando 30 años en el sector manejo varios idiomas y me han hecho un contrato de ayudante”, y el que lo contrató lo sabía, pero de esta forma le salía más barato.





